Mas de
3.000 años antes de Cristo, los antiguos egipcios crearon la escritura
jeroglífica. No había letras, sino signos y dibujos, aunque no son fáciles
de entender. Era un lenguaje sagrado, sólo se usaba para escribir textos
religiosos y oficiales sobre las paredes de los templos, tumbas y monumentos.
Los
jeroglíficos se usaron durante muchos años, luego, Egipto fue conquistado por los griegos y
después por los romanos. Con el paso del tiempo, la escritura jeroglífica se
fue olvidando, hasta que los mismos egipcios se olvidaron de su
significado. De esta forma, las inscripciones del pasado se convirtieron en
misteriosos textos que nadie sabía descifrar.
Cuando los
investigadores comenzaron a estudiarla, se dieron cuenta de que se trataba de
un mismo texto escrito en jeroglífico, demótico y griego. Como el griego sí se
podía traducir, comprobaron que había sido realizado en tiempos del rey de
EgiptoPtolomeo V, en el
año 196 a .C.
A partir de este idioma, empezaron a comparar los tres textos para intentar
descifrar los jeroglíficos, pero fue el joven lingüista y egiptólogo Jean – François
Champollion, quien lo consiguió tras muchos años de intenso trabajo.

Realizado por Olimpia Álvarez Salvador y Claudia Guadalupe Lozano