La gabiota con plumas de color amarillo fosforito le pidió a su exclavo que le hiciera un bolso con piel de balón de baloncesto.
El alcón, como siempre estaba dando clases de geografía cuando derrepente apareció Don castor jugando al balonmano y Doña cigüeña enseñandoles a todos una cruz.
Aquel día fuimos a un sitio donde había mucha vegetación, pero María se partió la pierna y llamamos al genio, trajo un cojín lleno de riquezas y una escallola.
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